BIRD VS MAGIC
Eran dos jugadores distintos, cada uno con sus
atributos característicos que los hacían únicos, eran dos 'rara avis', uno, en
el caso de Larry Bird, porque parecía que no podía correr, ni saltar, pero que
sin embargo todo lo hacía bien, todo lo basaba en una inteligencia
sobresaliente, otro, en el caso de Magic Johnson, porque era la primera vez que
veíamos a un base de 2.06 subir la bola como una sílfide, tener un manejo
malabarístico del balón y poder jugar de lo que se le antojara. El destino
quiso que los dos jugadores, posiblemente, más inteligentes de la historia de
la NBA, se juntarán frente a frente y forjarán una rivalidad que comenzó en la
NCAA, donde Magic "golpeó" primero a Bird.
Una de las mayores pruebas de su inteligencia e
intuición se dio en las finales de 1981 ante Houston
Rockets en lo que para Auerbach fue la mejor jugada que jamás
vio. Bird lanzó desde el lado derecho de la bombilla, cercano al triple, tan
pronto como salió el balón de sus manos intuyó a donde podría salir rebotada la
pelota. Ganó la posición, se llevó el rebote y encestó de manera maravillosa
casi sin ángulo. Boston se llevó el anillo en seis partidos.
Fuera de la pista eran grandes amigos pero su
rivalidad muy sana relanzó a la NBA. La afición al baloncesto se dividió entre
partidarios de los Lakers y de los Celtics. Esa rivalidad actuó como
reconstituyente para la NBA, que en la década de los setenta había perdido
terreno ante las otras grandes ligas (béisbol,fútbol americano y hockey sobre hielo). Larry Bird fue uno de los
primeros jugadores en explotar su imagen, para obtener unos ingresos que
hicieron aumentar su cuenta corriente, pero también la de su club y la de la
liga. La NBA, que atravesaba una crisis financiera, empezó un crecimiento
espectacular.
Bird fue un derroche de talento en un físico que
parecía de cristal pero que gracias a su conocimiento, a su letal lanzamiento,
su excelente visión de juego y su entrega le permitió convertirse en el mejor
alero puro que ha dado este deporte. Las trampas que debió sortear hasta llegar
a la cumbre habrían acabado con la ilusión de la mayor parte de los mortales,
pero el jugador de Indiana estaba hecho de una pasta especial. Tras el
sufrimiento, cuando tocó el cielo, quiso mantenerse en la gloria a cualquier
precio. Hubo de superar una infancia muy desgraciada. Su padre se suicidó, tuvo
problemas con los estudios y en su etapa universitaria topó con el látigo del
técnico Bobby Knight.
Con Boston Celtics consiguió tres anillos (1981, 1984, 1986) y disputó dos finales más (1985, 1987) en un equipo que marcó una época. Aquel quinteto que todos recitaban de memoria: Dennis Johnson, Danny Ainge, Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish, comandados desde los banquillos por K.C. Jones.
Magic fue un derroche de magia, de ingenio, de arte
elevado al máximo exponente, protagonista de un baloncesto de color de rosa
llamado 'showtime'. L.A. Lakers bailaba al son que
imponía Magic, pero con dos escuderos de autentico lujo, James Worthy (probablemente
el mejor finalizador de contraataques que jamás hubo) y Kareem Abdul Jabbar
(rindiendo hasta los 41 años). Byron Scott, Michael
Cooper, Kurt Rambis, Jamaal Wilkes o A.C. Green (estos
dos últimos sin llegar a coincidir) formaban una nómina de excelentes jugadores
que daban al resto del conjunto un acabado perfecto diseñado también por un
gran técnico como Pat Riley. Los Angeles fueron claros
dominadores del Oeste durante la década de los
80', logrando pasar de las 60 victorias en 6 temporadas al mando el
equipo pasó de las 60 victorias en 6 temporadas, alcanzó 8 finales y logró 5
anillos de campeón.
Celtics y Lakers se vieron las caras en 3 finales. La
primera de ellas fue en la temporada 1983-84, en la que Larry
conseguía vengar el título de NCAA que se le resistió con Indiana State tras vencer
Boston por 4-3. Aquella serie añadió un nuevo robo a la historia de este
apartado que tanto ha sonreído a Boston a lo largo de su historia. Al de
Havlicek en 1965 ahora
se unía el deGerald Henderson30 (y
más tarde el de Larry Bird en 1987) en el 2º partido de la final. Con 18 segundos para el
final, Lakers mandaba en el electrónico 115-113 y tenía la posesión del balón.
Después del tiempo muerto, Worthy sacó, Magic recibió y devolvió a James, éste
envió la bola a Byron Scott pero Cedric estuvo lo suficientemente inteligente
para telegrafiar el pase y anticiparse para robar y dejar una posterior bandeja. Partido a la prórroga y posterior
triunfo verde por 124-121. Riley aclararía que la clave de la derrota estuvo
ahí, en ese punto concreto. Los Angeles mandaban 1-0 y tenían el 2-0 en su
mano, lo cual hubiera significado medio anillo para Lakers. Aun así Lakers
siguió peleando, y del 1-2 favorable a los Celtics pasaron al 3-2 cuando el
equipo parecía hundido. Sin embargo los de Bird volvieron a dar la vuelta a la
serie y decidieron en el 7º y definitivo partido en el Boston Garden para
apuntarse su 15º anillo.
Un año después protagonizarían el segundo enfrentamiento
tras derrotar Boston a Philadelphia y Lakers a Denver.
Kareem ya era un veterano de 38 años al que muchos daban no por muerto, pero ya
incapaz de tornarse decisivo en un final de tanta exigencia. Abdul-Jabbar
desterró ese tópico y se alzó como el jugador más veterano en conseguir ser MVP
de la final.
El primer partido de la final Los Angeles salieron
humillados del Garden, tras caer 148-114. Parish se comió a Jabbar en lo que
rápidamente se calificó como "Memorial Day Massacre". Esa paliza
despertó el orgullo del mejor Abdul Jabbar, que pese a su edad, se despertó
para devolverle la jugada a Parish con 30 puntos, 17 rebotes, 8 asistencias y 3
robos en la victoria 109-102 en el 2º encuentro.
De otra galaxia. Riley comentó al respecto:
"Conocemos a Kareem, en el hotel estaba avergonzado y triste, él me lo
dijo además". En el tercero de la final, Lakers devolvió la paliza del
primer envite con un abultado 136-111. Boston se apuntó el 4º y en el 5º volvió
a emerger la figura del mejor Jabbar para aniquilar a Boston con 36 puntos
(120-111). Los amarillos remataron la faena en el 6º y definitivo encuentro con
la victoria 111-110. Los Lakers se sobrepusieron a la paliza del primer partido
y al peso de la adversa historia, ganando la final en 6 encuentros y celebrando
el título sobre el mítico parquet del Boston Garden con Kareem Abdul-Jabbar
consiguiendo un MVP de
las finales que no lograba desde 1971, aún con el nombre de Lew Alcindor.
En la 1985-86 Boston conseguiría el anillo ante Houston Rockets en lo que fue el tercer año consecutivo de Larry Bird
como MVP de la liga regular.
Con ese año de paréntesis, la rivalidad volvería a
cobrarse su tercer capítulo y tal vez el más recordado por los aficionados a la
NBA. Previamente, Boston se deshizo en siete partidos de Detroit Pistons en unas finales de conferencia también para el
recuerdo. En el 4º partido de esa serie, Detroit sacó los colores a los Celtics
con un sonrojante 145-119.
En el 5º encuentro el equipo de K.C. Jones marchaba
por debajo en el electrónico con pie y medio fuera de la competición. La
situación concreta era la siguiente: Boston abajo por un punto de diferencia y
Detroit con posesión de balón en los últimos segundos del partido. Fue en ese
momento cuando el eje del trébol céltico, Larry Bird, hizo acto de presencia,
apareciendo cuando realmente el equipo le reclamaba. Mientras Isiah Thomas se disponía a sacar de banda, Larry Bird se
despreocupó de su hombre, fijando su marca únicamente y de forma minuciosa en
la mirada e intuición del base de Detroit, que no era otra que mandar el
esférico a Bill Laimbeer. En un acto prodigioso de
instinto defensivo, Larry ‘Legend’ leyó a la perfección la mente de Thomas e
interceptó el paso colocándose en la línea del mismo. Por un instante parecía
que el destino de Larry estaba en la grada, pero de forma milagrosa mantuvo el
equilibrio y consiguió sacar de la chistera - girándose hacia dentro – un pase
divino que su compañero Dennis Johnson, que
iniciaba un corte desde la línea de personal, consiguió ejecutar para dar así,
la victoria a su equipo, 108-107, en el último segundo de un encuentro no apto
para cardíacos pero con un sitio infranqueable en la historia de la liga.
La historia tendría reservado otro episodio memorable
para las finales, con la salvedad de que en esta
ocasión el protagonismo en vez de Bird, iba a ser Magic. En las finales de 1987, Magic Johnson y Larry Bird se volvieron a ver las caras en lo que fue su tercera y última final como rivales. El partido decisivo fue el cuarto, que se jugó en Boston con un final no apto para cardiacos. Además de sus asistencias habituales, Magic cosió a los Celtics desde la media distancia durante todo el encuentro.
ocasión el protagonismo en vez de Bird, iba a ser Magic. En las finales de 1987, Magic Johnson y Larry Bird se volvieron a ver las caras en lo que fue su tercera y última final como rivales. El partido decisivo fue el cuarto, que se jugó en Boston con un final no apto para cardiacos. Además de sus asistencias habituales, Magic cosió a los Celtics desde la media distancia durante todo el encuentro.
Ya en el último minuto de partido, cuando quedaban
escasos segundos para el final, Larry Bird metió un triple bárbaro que dejó el
marcador 106-105 para Boston. El Boston Garden rugía y la sangre se le heló a
más de a un Laker, pero no precisamente a Magic. A 5 segundos del final, tomó
el balón en el costado izquierdo de la bombilla, con la mira en la canasta y
marcado por McHale. Previo engaño a la izquierda, se fue hacia la derecha y le
salieron al paso hasta tres hombres, Parish, Larry Bird y el propio McHale.
Magic parecía encerrado, pero en ese momento se sacó, cual mago de su chistera,
un maravilloso mini gancho desde el cielo (al que denominó junior sky-hook) con
la mano derecha para ganar el partido. Y un silencio de morgue se apoderó del
Garden.
El balón entró limpio, los Lakers se llevaron la serie
en 6 encuentros y Magic consiguió su tercer MVP de las finales. Al final del
partido, Larry Bird declaró: "Siempre esperas perder con los Lakers por un
gancho, pero nunca lo esperas de 'Magic' ". Desde entonces, los Celtics no
volvieron a aparecer por una final de la NBA. Una travesía interminable que no
parece tener fin para la franquicia que más anillos tiene en la liga.
En 1988 los 'Bad Boys' de Detroit Pistons, liderados por Isiah Thomas, consiguieron
al fin derrotar a los Celtics en las finales de la Conferencia Este. Parecía que ese iba a ser su
año, pero los Lakers les esperaban en la final, y todavía tenían una lección
más que enseñarles en su camino hacia el campeonato. La serie fue muy dura,
entre el baloncesto de control de los Pistons y la chispa de los Lakers, se
llegó a un agónico 7º encuentro. Sin embargo el encuentro clave fue el 6º
partido. Un partido que pasará a la historia por el récord que no sólo que
marcó Isiah Thomas sino en las condiciones en que lo hizo, 25 puntos medio cojo
tras lesionarse en el tercer cuarto. Su esfuerzo no dio su fruto y Los Angeles
venció 103-102 después de que Kareem Abdul Jabbar anotara dos tiros libres
después de una muy discutida falta personal de Laimbeer.
El 7º también tuvo un final fatídico, faltando pocos
segundos para el final, Bill Laimbeer puso a Detroit dos arriba merced a un
triple, pero nada más sacar de fondo, el balón llegó a las manos de Magic que
dio un pase de baseball que cruzó toda la cancha para caer en manos de A.C.
Green, quien anotó una bandeja a placer. Detroit sacó rápidamente buscando a
Isiah Thomas a quien Magic robó el balón conforme levantaba los brazos en señal
de victoria y el público del Forum invadía la cancha celebrando el undécimo
campeonato.
Lakers seguiría siendo competitivo, alcanzó las
finales en 1989 ante Detroit y en 1991 ante Chicago, pero en ambas caerían
derrotados.
Si de por si el nombre de Magic Johnson ya era popular,
la noticia de que era portador del sida hizo que su figura se hiciera eco en
todo el mundo. Magic lo declaró en una rueda de prensa pública el 7 de noviembre de 1991, en la que también anunció su retirada,
pero eso quedo en un segundo plano. Sin embargo, Magic, de un carácter tan
positivo y optimista, regresó para formar parte del Dream Team de 1992.31 Después de colgarse la medalla de oro se retiró para
regresar en la temporada 1995-96,
donde jugó 32 partidos. Tras esta temporada dejó el baloncesto definitivamente.
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