GEORGE MIKAN, EL PRIMER GRAN DOMINADOR
DE LA NBA
Minneapolis,
por aquel entonces, alojamiento de los Lakers, no necesitó muchos más aperos de
los que ofrecía George Mikan para subsistir. Condicionó, dominó y
campeó a sus anchas y por si solo durante los primeros pasitos que empezó a dar
un gigante que responde hoy al nombre de NBA. La idea del pívot hoy carecería
de significación si Mikan no hubiera llegado a dotarlo de pleno sentido. Mikan
se había convertido en todo un referente en este deporte, y se adaptó
perfectamente a las nuevas exigencias. Todos y cada uno de los pivots dominantes
posteriores (Bill Russell, Wilt
Chamberlain, Kareem Abdul-Jabbar o Shaquille
O'Neal) bebieron de su influencia bruta.
De
apariencia más propia de un intelectual que de jugador de baloncesto, la
esencia de Mikan y sus gafas de montura de alambre mantendrán siempre una
estrecha relación de semejanza.
La
anécdota más curiosa y que al mismo tiempo, permite imaginarnos la dimensión
que abarcó este señor, fue aquella que se vivió en el Madison Square Garden el 14 de
diciembre de 1949, donde a la entrada
del pabellón, un desaforado cartel, rezaba "tonight George Mikan vs.
Knicks".7 Por lo visto, los jugadores le
achacaron que saliese él solo y diese la cara, sin tener George culpa alguna de
aquel altercado. Sabía deducción, por cierto. No eran los Lakers, era George
Mikan. Éste conformó junto a Mikkelsen, la primera pareja ala-pívot/pívot que
tenía cabida en la liga. Este último se tornó como un gran reboteador,
zafándose en labores de desgaste para permitir a Mikan imponer su autoridad en
la pintura. Del mismo modo, fue el primer talento que mejor optimizó su tamaño,
que no su físico.
En el
periodo que transcurrió entre 1946 y 1954 ganó 7 de 8 títulos posibles. La
sombra de Mikan se convertía en inaccesible para aquel osado que atreviera a
danzar por territorio comanche, bien para atacarle, bien para defenderle. Mikan
supuso una verdadera pesadilla, una bárbara revolución en la liga, para sus
contemporáneos y una bendición para Lakers.
Un basto, pero efectivo gancho, será la
imagen que perdure de este as, sin duda, su más infalible arma. Así mismo,
Mikan, provocó imposición de dos nuevas reglas, la de los 3 segundos y el tapón
ilegal. Recordemos que por aquel entonces, taponar un balón cuya parábola fuera
descendente no carecía de validez, por lo que la frustración que impregnaba en
sus rivales le hacía aún más grande si cabe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario