martes, 4 de junio de 2013

Los maravillosos 80 (Se forjaba una leyenda)

MIENTRAS, JORDAN FORJABA LA LEYENDA
De Michael Jordan lo primero que siempre se nos vendrá a la mente serán sus 6 anillos, su tiro ante Russell o su estampa celebrando con los seis dedos en alto su 6º anillo, pero en los 80' ya era uno de los más grandes de la liga. Le bastó un lustro para confirmarlo tras ser elegido en 3ª posición del draft de 1984, tras Akeem Olajuwon y Sam Bowie, en uno de las elecciones que más se recordarán.
Se convirtió en rookie del año con una superioridad abrumadora. Tan privilegiada resultaba la desorbitada calidad de Michael Jordan, que hasta tenía la capacidad de impactar más que nadie aún siendo derrotado. Esa no es la única muestra de la grandeza que atesoró la actuación que corresponde al 2º partido de la 1ª ronda de 1986 que enfrentaba a Chicago, que llegaba con el octavo mejor registro del Este, un paupérrimo 30-52, frente a Boston Celtics, que seguía paseándose en la temporada regular (67-15).
La campaña había resultado muy dura para unos Bulls que perdieron gran parte de la temporada a Jordan por una inoportuna fractura de pie, pero que por sorpresa rotunda (los médicos le recomendaron que descansase de cara a la temporada próxima dadas las escasas opciones en playoffs, si es que se metían) y para agracio del buen degustador de baloncesto, reapareció a falta de 15 partidos para al menos, intentar batallar en postemporada. Primer logro, Chicago, tras una titubeante temporada sin él, consiguió el pasaporte a la gloria de playoffs en detrimento deCleveland Cavaliers propiciado por un inconmensurable MJ.
Aquella hazaña comprendió canastas de todos los colores, inverosímiles como ellas mismas, como MJ era en su esencia. Nadie en Boston fue capaz de pararle, se veían impotentes ante las constantes humillaciones a las que Jordan les sometía. Cuando la tormenta cesó, el 23 había registrado la mejor marca anotadora que nos ha deparado los playoffs en su larga y respetable historia: 63 puntos. Larry Bird, sin salir de su perplejidad y en una de las más antológicas frases que nos ha dejado la historia afirmó: “Creo que no hay nadie capaz en el mundo de hacer lo que ha hecho Jordan hoy. Esta noche Dios se ha disfrazado de jugador de baloncesto”.33 Jordan promediaría finalmente 44 puntos durante una serie donde fueron barridos por Boston y en la que en palabras del mismo Jordan se había quedado sorprendido consigo mismo. Esto sería el inicio de una larga y bonita historia, en la que actos como este, le encumbraron en la más alta cúspide del baloncesto mundial.
En 1987, pese a anotar 37.1 puntos, 5.4 rebotes y 4.6 asistencias se quedó a las puertas de un MVP que se llevó Magic Johnson por primera vez tras firmar 23.9 puntos, 6.3 rebotes y 12.2 asistencias. Sin embargo, en 1988 no se le resistiría. Fue el primero de los cinco que lograría en la siguiente década.
El siguiente detalle de grandeza llegó en ante Cleveland, con el pase a semifinales de conferencia de 1989 en juego, en el quinto y decisivo encuentro. De hecho, este pasaría a ser el verdadero “Tiro”. El de Russell fue otro capítulo de la saga. Jordan por aquel entonces había logrado convertirse en el máximo anotador durante 3 campañas consecutivas, dos títulos en el concurso de mates dormían en su haber, pero aún no había conseguido llevar muy lejos a sus Bulls exhibiciones aparte como las del Garden.
Faltaban escasos 3 segundos cuando Jordan se encargó de tomarse la justicia por su mano y erigirse en personaje heroico de aquella fatídica noche en la que parecía que Chicago se volvería a estancar en la nada. Jamás a Craig Ehlo le tocó lidiar con una tan fea en semejante y en tan fatídico instante, pese a que se trataba de un buen defensor. Con la bola dentro y el 101-100 campeando definitivamente en el electrónico, su nombre pasaría a engrosar el listado de víctima de ‘Air’ y ha cobrar más popularidad por aquella acción que por sus verdaderos meritos, que no fueron ni mucho menos, desmesurados. A la conclusión del mismo, Craig Ehlo afirmó que Jordan comentó a un jugador de Cleveland que si le iba a marcar hombre a hombre, que se preparase para lo que le esperaba. No le faltaba razón, Ehlo probó la medicina, y su estampa de desesperación arrojándose al suelo del Richfield Coliseum pasó a inmortalizarse, al igual que el salto de jubilo expresado por Jordan que impregnaría en los highlights con el paso de los años.
Pese a estas actuaciones, nunca pudieron con un gran equipo como eran los Pistons de finales de década, y que apearon a los Bulls de Jordan y Pippen de las finales en 1989 y 1990 y de la final de conferencia en 1987. 3 años consecutivos topándose con unos Pistons de leyenda.

Los maravillosos 80 (Magic vs Bird)

BIRD VS MAGIC
Eran dos jugadores distintos, cada uno con sus atributos característicos que los hacían únicos, eran dos 'rara avis', uno, en el caso de Larry Bird, porque parecía que no podía correr, ni saltar, pero que sin embargo todo lo hacía bien, todo lo basaba en una inteligencia sobresaliente, otro, en el caso de Magic Johnson, porque era la primera vez que veíamos a un base de 2.06 subir la bola como una sílfide, tener un manejo malabarístico del balón y poder jugar de lo que se le antojara. El destino quiso que los dos jugadores, posiblemente, más inteligentes de la historia de la NBA, se juntarán frente a frente y forjarán una rivalidad que comenzó en la NCAA, donde Magic "golpeó" primero a Bird.
Una de las mayores pruebas de su inteligencia e intuición se dio en las finales de 1981 ante Houston Rockets en lo que para Auerbach fue la mejor jugada que jamás vio. Bird lanzó desde el lado derecho de la bombilla, cercano al triple, tan pronto como salió el balón de sus manos intuyó a donde podría salir rebotada la pelota. Ganó la posición, se llevó el rebote y encestó de manera maravillosa casi sin ángulo. Boston se llevó el anillo en seis partidos.
Fuera de la pista eran grandes amigos pero su rivalidad muy sana relanzó a la NBA. La afición al baloncesto se dividió entre partidarios de los Lakers y de los Celtics. Esa rivalidad actuó como reconstituyente para la NBA, que en la década de los setenta había perdido terreno ante las otras grandes ligas (béisbol,fútbol americano y hockey sobre hielo). Larry Bird fue uno de los primeros jugadores en explotar su imagen, para obtener unos ingresos que hicieron aumentar su cuenta corriente, pero también la de su club y la de la liga. La NBA, que atravesaba una crisis financiera, empezó un crecimiento espectacular.
Bird fue un derroche de talento en un físico que parecía de cristal pero que gracias a su conocimiento, a su letal lanzamiento, su excelente visión de juego y su entrega le permitió convertirse en el mejor alero puro que ha dado este deporte. Las trampas que debió sortear hasta llegar a la cumbre habrían acabado con la ilusión de la mayor parte de los mortales, pero el jugador de Indiana estaba hecho de una pasta especial. Tras el sufrimiento, cuando tocó el cielo, quiso mantenerse en la gloria a cualquier precio. Hubo de superar una infancia muy desgraciada. Su padre se suicidó, tuvo problemas con los estudios y en su etapa universitaria topó con el látigo del técnico Bobby Knight.

Con Boston Celtics consiguió tres anillos (198119841986) y disputó dos finales más (19851987) en un equipo que marcó una época. Aquel quinteto que todos recitaban de memoria: Dennis JohnsonDanny Ainge, Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish, comandados desde los banquillos por K.C. Jones.
Magic fue un derroche de magia, de ingenio, de arte elevado al máximo exponente, protagonista de un baloncesto de color de rosa llamado 'showtime'. L.A. Lakers bailaba al son que imponía Magic, pero con dos escuderos de autentico lujo, James Worthy (probablemente el mejor finalizador de contraataques que jamás hubo) y Kareem Abdul Jabbar (rindiendo hasta los 41 años). Byron ScottMichael CooperKurt RambisJamaal Wilkes o A.C. Green (estos dos últimos sin llegar a coincidir) formaban una nómina de excelentes jugadores que daban al resto del conjunto un acabado perfecto diseñado también por un gran técnico como Pat Riley. Los Angeles fueron claros dominadores del Oeste durante la década de los 80', logrando pasar de las 60 victorias en 6 temporadas al mando el equipo pasó de las 60 victorias en 6 temporadas, alcanzó 8 finales y logró 5 anillos de campeón.
Celtics y Lakers se vieron las caras en 3 finales. La primera de ellas fue en la temporada 1983-84, en la que Larry conseguía vengar el título de NCAA que se le resistió con Indiana State tras vencer Boston por 4-3. Aquella serie añadió un nuevo robo a la historia de este apartado que tanto ha sonreído a Boston a lo largo de su historia. Al de Havlicek en 1965 ahora se unía el deGerald Henderson30 (y más tarde el de Larry Bird en 1987) en el 2º partido de la final. Con 18 segundos para el final, Lakers mandaba en el electrónico 115-113 y tenía la posesión del balón. Después del tiempo muerto, Worthy sacó, Magic recibió y devolvió a James, éste envió la bola a Byron Scott pero Cedric estuvo lo suficientemente inteligente para telegrafiar el pase y anticiparse para robar y dejar una posterior bandeja. Partido a la prórroga y posterior triunfo verde por 124-121. Riley aclararía que la clave de la derrota estuvo ahí, en ese punto concreto. Los Angeles mandaban 1-0 y tenían el 2-0 en su mano, lo cual hubiera significado medio anillo para Lakers. Aun así Lakers siguió peleando, y del 1-2 favorable a los Celtics pasaron al 3-2 cuando el equipo parecía hundido. Sin embargo los de Bird volvieron a dar la vuelta a la serie y decidieron en el 7º y definitivo partido en el Boston Garden para apuntarse su 15º anillo.
Un año después protagonizarían el segundo enfrentamiento tras derrotar Boston a Philadelphia y Lakers a Denver. Kareem ya era un veterano de 38 años al que muchos daban no por muerto, pero ya incapaz de tornarse decisivo en un final de tanta exigencia. Abdul-Jabbar desterró ese tópico y se alzó como el jugador más veterano en conseguir ser MVP de la final.
El primer partido de la final Los Angeles salieron humillados del Garden, tras caer 148-114. Parish se comió a Jabbar en lo que rápidamente se calificó como "Memorial Day Massacre". Esa paliza despertó el orgullo del mejor Abdul Jabbar, que pese a su edad, se despertó para devolverle la jugada a Parish con 30 puntos, 17 rebotes, 8 asistencias y 3 robos en la victoria 109-102 en el 2º encuentro.
De otra galaxia. Riley comentó al respecto: "Conocemos a Kareem, en el hotel estaba avergonzado y triste, él me lo dijo además". En el tercero de la final, Lakers devolvió la paliza del primer envite con un abultado 136-111. Boston se apuntó el 4º y en el 5º volvió a emerger la figura del mejor Jabbar para aniquilar a Boston con 36 puntos (120-111). Los amarillos remataron la faena en el 6º y definitivo encuentro con la victoria 111-110. Los Lakers se sobrepusieron a la paliza del primer partido y al peso de la adversa historia, ganando la final en 6 encuentros y celebrando el título sobre el mítico parquet del Boston Garden con Kareem Abdul-Jabbar consiguiendo un MVP de las finales que no lograba desde 1971, aún con el nombre de Lew Alcindor.
En la 1985-86 Boston conseguiría el anillo ante Houston Rockets en lo que fue el tercer año consecutivo de Larry Bird como MVP de la liga regular.
Con ese año de paréntesis, la rivalidad volvería a cobrarse su tercer capítulo y tal vez el más recordado por los aficionados a la NBA. Previamente, Boston se deshizo en siete partidos de Detroit Pistons en unas finales de conferencia también para el recuerdo. En el 4º partido de esa serie, Detroit sacó los colores a los Celtics con un sonrojante 145-119.
En el 5º encuentro el equipo de K.C. Jones marchaba por debajo en el electrónico con pie y medio fuera de la competición. La situación concreta era la siguiente: Boston abajo por un punto de diferencia y Detroit con posesión de balón en los últimos segundos del partido. Fue en ese momento cuando el eje del trébol céltico, Larry Bird, hizo acto de presencia, apareciendo cuando realmente el equipo le reclamaba. Mientras Isiah Thomas se disponía a sacar de banda, Larry Bird se despreocupó de su hombre, fijando su marca únicamente y de forma minuciosa en la mirada e intuición del base de Detroit, que no era otra que mandar el esférico a Bill Laimbeer. En un acto prodigioso de instinto defensivo, Larry ‘Legend’ leyó a la perfección la mente de Thomas e interceptó el paso colocándose en la línea del mismo. Por un instante parecía que el destino de Larry estaba en la grada, pero de forma milagrosa mantuvo el equilibrio y consiguió sacar de la chistera - girándose hacia dentro – un pase divino que su compañero Dennis Johnson, que iniciaba un corte desde la línea de personal, consiguió ejecutar para dar así, la victoria a su equipo, 108-107, en el último segundo de un encuentro no apto para cardíacos pero con un sitio infranqueable en la historia de la liga.
La historia tendría reservado otro episodio memorable para las finales, con la salvedad de que en esta
ocasión el protagonismo en vez de Bird, iba a ser Magic. En las finales de 1987, Magic Johnson y Larry Bird se volvieron a ver las caras en lo que fue su tercera y última final como rivales. El partido decisivo fue el cuarto, que se jugó en Boston con un final no apto para cardiacos. Además de sus asistencias habituales, Magic cosió a los Celtics desde la media distancia durante todo el encuentro.
Ya en el último minuto de partido, cuando quedaban escasos segundos para el final, Larry Bird metió un triple bárbaro que dejó el marcador 106-105 para Boston. El Boston Garden rugía y la sangre se le heló a más de a un Laker, pero no precisamente a Magic. A 5 segundos del final, tomó el balón en el costado izquierdo de la bombilla, con la mira en la canasta y marcado por McHale. Previo engaño a la izquierda, se fue hacia la derecha y le salieron al paso hasta tres hombres, Parish, Larry Bird y el propio McHale. Magic parecía encerrado, pero en ese momento se sacó, cual mago de su chistera, un maravilloso mini gancho desde el cielo (al que denominó junior sky-hook) con la mano derecha para ganar el partido. Y un silencio de morgue se apoderó del Garden.
El balón entró limpio, los Lakers se llevaron la serie en 6 encuentros y Magic consiguió su tercer MVP de las finales. Al final del partido, Larry Bird declaró: "Siempre esperas perder con los Lakers por un gancho, pero nunca lo esperas de 'Magic' ". Desde entonces, los Celtics no volvieron a aparecer por una final de la NBA. Una travesía interminable que no parece tener fin para la franquicia que más anillos tiene en la liga.
En 1988 los 'Bad Boys' de Detroit Pistons, liderados por Isiah Thomas, consiguieron al fin derrotar a los Celtics en las finales de la Conferencia Este. Parecía que ese iba a ser su año, pero los Lakers les esperaban en la final, y todavía tenían una lección más que enseñarles en su camino hacia el campeonato. La serie fue muy dura, entre el baloncesto de control de los Pistons y la chispa de los Lakers, se llegó a un agónico 7º encuentro. Sin embargo el encuentro clave fue el 6º partido. Un partido que pasará a la historia por el récord que no sólo que marcó Isiah Thomas sino en las condiciones en que lo hizo, 25 puntos medio cojo tras lesionarse en el tercer cuarto. Su esfuerzo no dio su fruto y Los Angeles venció 103-102 después de que Kareem Abdul Jabbar anotara dos tiros libres después de una muy discutida falta personal de Laimbeer.
El 7º también tuvo un final fatídico, faltando pocos segundos para el final, Bill Laimbeer puso a Detroit dos arriba merced a un triple, pero nada más sacar de fondo, el balón llegó a las manos de Magic que dio un pase de baseball que cruzó toda la cancha para caer en manos de A.C. Green, quien anotó una bandeja a placer. Detroit sacó rápidamente buscando a Isiah Thomas a quien Magic robó el balón conforme levantaba los brazos en señal de victoria y el público del Forum invadía la cancha celebrando el undécimo campeonato.
Lakers seguiría siendo competitivo, alcanzó las finales en 1989 ante Detroit y en 1991 ante Chicago, pero en ambas caerían derrotados.
Si de por si el nombre de Magic Johnson ya era popular, la noticia de que era portador del sida hizo que su figura se hiciera eco en todo el mundo. Magic lo declaró en una rueda de prensa pública el 7 de noviembre de 1991, en la que también anunció su retirada, pero eso quedo en un segundo plano. Sin embargo, Magic, de un carácter tan positivo y optimista, regresó para formar parte del Dream Team de 1992.31 Después de colgarse la medalla de oro se retiró para regresar en la temporada 1995-96, donde jugó 32 partidos. Tras esta temporada dejó el baloncesto definitivamente.
Cuando Magic se retiró y lo hizo en la cancha en la que tantas alegrías dio a los Lakers, Bird estuvo allí. Magic le regalo una camiseta y leyó a todos la dedicatoria que le puso a Larry, decía lo siguiente: "To Larry Bird: The Greatest Basketball Player Ever but more important, a friend forever. Earvin Johnson" Larry, el hombre impasible, solo pudo soltar un inaudible "Thank You" y sus ojos se inundaron de lágrimas.

Los maravillosos 80 (Sixers' Return)

PHILADELPHIA REGRESA A LO ALTO
Habían pasado 15 años desde que los Sixers ganaron su primer anillo, en 1967, un paréntesis entre la apisonadora que Boston era en aquellos tiempos. De la mano de Billy Cunningham el equipo había llegado a las finales de 1980 y 1982, cayendo en ambas 4-2 frente a Los Angeles Lakers, que parecían implacables para 76ers. El liderazgo del aquel equipo corría a cuenta de uno de los jugadores más espectaculares que jamás han pisado una cancha, Julius Erving, más conocido como "Dr.J". Un jugador de un único e imaginativo estilo de juego. Siendo adolescente conoció a un jugador, al que por respeto llamaba "El Profesor". Ese jugador respondió a la adulación de Erving llamándolo "El Doctor", por la manera en que 'operaba' debajo de la canasta. Después, su compañero de equipo Fatty Taylor agregó la J (por Julius) y fue entonces cuando se formó su apodo definitivo "Doctor J". Julius llegó a Philadelphia procedente de la ABA, de New York Nets.
El equipo que conformaron los Sixers está catalogado como uno de los mejores de la historia. Maurice Cheeks en el puesto de base, Andrew Toney de escolta, el puesto de alero para la estrella, Julius Erving, con Bobby Jones y la bestia parda Moses Malone por dentro, quien fue, sin duda, el encargado de dar el salto de calidad al equipo. Tras ganar su segundo MVP en 1982, llegó a Philadelphia procedente de Houston Rockets para hacer pleno, anillo, MVP de las finales y MVP de la liga regular.
Uno de los mejores jugadores de la historia en uno de los mejores equipos de la historia. Su andanza en la liga fue un paseo militar, acabaron con Los Angeles Lakers en las finales por 4-0, tras hacerlo previamente con los Knicks (4-0) y los Bucks (4-1). Ese balance de 12 victorias - 1 derrota era la mejor marca de playoffs hasta que los Lakers del 2001 la superaron con 15-1.

Los maravillosos 80 (Magic Johnson)

MAGIC, SU CONSAGRACIÓN COMO NOVATO.
Corría el año 1979 y Los Angeles Lakers llevaba 7 años sin pisar una final, puede parecer no demasiado tiempo, pero teniendo en cuenta que hablamos de los Lakers si que lo era. Un equipo tan acostumbrado a jugar finales (por aquel entonces no tanto a ganarlas: salvo la era Mikan, 9 finales jugadas y 8 perdidas) necesitaba regresar a la elite. La suerte cambió con la elección en el nº1 de Magic Johnson, un base de 2.06 procedente de Michigan State capaz de marcar una época. Lo que nadie esperaba es que fuera tan pronto. El equipo alcanzó las Finales de 1980, enfrente tenían a Philadelphia 76ers de Julius Erving y Moses Malone que apearon en la final de conferencia a los Celtics de Larry Bird. Aquella final es una de las más recordadas no sólo por la hombrada que protagonizó un novato llamado Magic Johnson, sino también por la descomunal canasta por detrás del tablero que se marcó el Dr. J en el 4º partido y que pasó a la posterioridad como una de las mejores canastas de la historia.
Con la serie 2-2, Abdul Jabbar arriesgo con un tobillo maltrecho para apurar sus opciones de ganar el anillo. Mereció la pena ya que un sky-hook suyo dio la victoria a los angelinos. Pero su sobreesfuerzo (40 puntos en ese estado) le costaría el resto de la final. En el avión hacia Philadelphia para disputar el sexto encuentro, "Magic" le pidió a su entrenador Paul Westhead jugar de pívot, el entrador solto una carcajada y Chick Hearn le dijo al entrenador que Magic hablaba enserio. Antes del partido los Lakers abordarón el avión que los llevaria a Philadelphia;Practicamente el equipo estaba en shock por Kareem y todos decían "No puedo creer que Kareem no pueda jugar" Al llegar al avión; todo el equipo tenia su asiento favorito y cuando los Lakers vieron que el asiento de Kareem estaba desocupado Magic Johnson dijo: “No temán que 'Magic' esta aquí”. Una vez que el entrenador de los Lakers supó que Magic estaba hablando enserio respecto a iniciar el partido como pívot este realizó el salto de inicio y a partir de entonces desplegó un juego extremadamente versátil que le llevó a jugar con una tremenda eficacia en las cinco posiciones del juego.
Los 76ers nunca pudieron pararle y "Magic" terminó el partido con 42 puntos, 15 rebotes y 7 asistencias para apuntarse su primer anillo en un partido antológico, una de las mayores exhibiciones individuales en la historia del deporte. Los Lakers vencieron 107-123 y Johnson fue elegido MVP de las finales. Después del partido se dirigió a las cámaras de televisión y dedicó un mensaje a Abdul-Jabbar que se encontraba en su casa de Bel-Air: "This one's for you, Big Fella!"

Además, Johnson se convirtió es uno de los cuatro únicos jugadores en ganar los títulos de la NCAA y NBA en años consecutivos. Había nacido una estrella.

70's (El ''mago'' Maravich)

EL ''MAGO'' MARAVICH REVOLUCIONA EL BALONCESTO
Con su entrada en la NBA en 1970, el baloncesto adoptó un juego más agradable y circense gracias al estilo del llamativo Pete Maravich, más conocido como "Pistol Pete". Se distinguía por su estilo imaginativo y arriesgado, y por su depurada habilidad con el balón,26 que lo hacía ser criticado por unos e idolatrado por otros, ayudando además a que la NBA adquiriera una gran popularidad. Pero no todo era su desenfadado juego, Maravich era un gran anotador, liderando la liga en anotación en la temporada 1977-78 defendiendo la camiseta de New Orleans Jazz, posteriormente retirada en su honor.
En su primera temporada en la NBA sorprendió promediando 23.2 puntos con Atlanta Hawks, aunque una mononucleosis frenó su carrera en su segunda campaña. A pesar de ello, fue capaz de promediar 26.1 la temporada siguiente y finalizar segundo en anotación en la 1972-73. Con un repertorio inagotable, era extrañísimo verle repetir algún movimiento; hizo de las pistas de baloncesto sus personales playgrounds. Además, sus habilidades para el pase eran excelentes, llegando a promediar 6.9 asistencias por partido – quinta mejor marca de la temporada y la máxima de su carrera deportiva -. Durante la década de los 70 se crearía una competición llamada H-O-R-S-E (CABALLO) que enfrentaba en el descanso de los partidos a dos jugadores. Este juego consistía en imitar la jugada del rival y si no lo hacías correctamente eras penalizado con una letra hasta completar la palabra HORSE. Maravich sería uno de los jugadores que en más ocasiones se hizo con el trofeo de campeón gracias, principalmente, a su habilidad en el tiro sentado desde el suelo.
Tras el movimiento de New Orleans a la ciudad de Salt Lake City, Maravich emigró a Boston Celtics, donde se retiraría del baloncesto en 1980 debido, en parte, a sus continuas lesiones.

Maravich murió el 5 de enero de 1988 de un ataque al corazón durante un encuentro benéfico por un defecto congénito en una iglesia de Pasadena a la edad de 40 años

70's (Lakers de records)

LOS 33 SEGUIDOS DE LOS LAKERS
Los Lakers de 1972 no era un equipo especialmente joven; Chamberlain contaba con 35 años, West con 33 y Baylor, capitán del equipo, con 37. Éste último se tuvo que retirar debido a problemas en sus maltrechas rodillas a los ocho partidos de la temporada regular.
Pero el nuevo entrenador, Bill Sharman, realizó varios movimientos que revitalizaron a los Lakers. Alineó a Gail Goodrich en el quinteto inicial para liberar un poco a West del peso ofensivo y hacer que se concentrara más en la dirección del equipo, y convenció a Chamberlain para que se convirtiera en un especialista defensivo y aparcara a un lado su sensacional repertorio ofensivo. Finalmente, con Jim McMillian como sustituto de Baylor y el reboteador Happy Hairston, el experimento comenzaba a dar sus frutos.
El 5 de noviembre de 1971, los Lakers batieron a Baltimore Bullets por 110-106, comenzando una racha de 33 partidos consecutivos sin derrotas, o lo que es lo mismo, más de dos meses. El 12 de diciembre ganaron a los Hawks, superando la racha histórica de 20 partidos consecutivos ganados de Milwaukee Bucks conseguida un año antes.
El 22 de diciembre vencieron a los Bullets por 127-120, consiguiendo su victoria número 27 seguida, sobrepasando la mejor marca de partidos consecutivos ganados en las principales ligas norteamericanas, que desde 1916 estaba en posesión de New York Giants del béisbol, con 26. Los Lakers ampliaron su récord hasta las 33 victorias, finalmente cayendo derrotados ante Milwaukee Bucks de Kareem Abdul-Jabbar por 120-104 el 9 de enero de 1972.
“Sabíamos que esto tenía que terminarse algún día. Cambiaría todos los récords por un anillo” comentó el entrenador Sharman. Los Lakers finalizaron la temporada regular con un récord de 69-13, por entonces el mejor en la historia de la liga, y ganaron el campeonato batiendo en las Finales a los Knicks en cinco partidos.

Por primera vez desde que el conjunto se mudó a California, los Lakers se coronaban campeones de la NBA.

Los años 60 (''The best team'')


EL LLAMADO  ''MEJOR EQUIPO DE LA HISTORIA''
“El mejor equipo que jamás he visto eran los 76ers de la temporada 1966-67”. Con estas palabras reflejaba Wilt Chamberlain la importancia de este mítico conjunto.
Los 76ers de aquella temporada consiguieron un récord histórico en liga regular de 68-13, posteriormente superado por los Lakers en 1972 y más tarde por los Bulls en 1996. En 1966-67, la NBA era mucho más pequeña que hoy en día, por lo que los jugadores se conocían mucho más entre sí, así como las canchas. Aunque los Celtics iban en camino hacia su noveno título consecutivo, los 76ers de Chamberlain estaban más fuertes que nunca, realizando éste una temporada regular brillante; aunque sus promedios anotadores descendieron (24.1), lideró la liga en rebotes (24.2), en porcentaje de tiros de campo (68.3%), en minutos (45.5) y tercero en asistencias (7.8).
En cuanto a los 76ers, promediaron 125.2 puntos por partido, el tercer mejor promedio en la historia de la NBA. Era un equipo muy profundo, con todas las posiciones perfectamente cubiertas y en el que las responsabilidades del ala-pívot variaban de las del alero, y las del base del escolta. Un equipo único y realmente completo.
Junto con Chamberlain, en la pintura estaba Lucious Jackson, un ala-pívot intimidador, seguido del alero Chet “the Jet” Walker; rápido, anotador y con buena mano. Hal Greer, futuro Hall of Fame, era el escolta del equipo, promediando 22.1 puntos por partido, y finalizando con el base Wali Jones.
En el banquillo estaba Billy Cunningham, un jugador de segundo año que promedió 18.5 puntos en solo 26.8 minutos. Cunningham, futuro Hall of Fame, era el sexto hombre, ejemplo de la calidad de este equipo. Larry Costello servía de reserva de Jones en el puesto de base, con el veterano alero Dave Gambee y los rookies Bill Melchionni y Matt Guokas esperando su turno en el banco.
En un esfuerzo por defender el anillo, los Celtics contrataron a los veteranos Bailey Howell y Wayne Embry, pero no parecía ser suficiente para derrotar al equipo que habían construido los 76ers. Aunque los verdes ganaron 60 partidos, Philadephia ganó ocho más; además, ganó sus siete primeros partidos, y 15 de sus 16 primeros. Boston eliminó a los Knicks en primera ronda y los 76ers a Cincinnati Royals, viéndose las caras en las Semifinales del Este, serie deseada.
Los Celtics prácticamente no presentaron problemas a los 76ers, que encarrilaron la serie por 3-0 con un Chamberlain fabuloso consiguiendo el récord de más rebotes en un partido de playoffs con 41 rechaces. A pesar de que Boston salvó la cara en el cuarto partido ganando 117-121, solo serviría para alargar la agonía. En el quinto y definitivo partido, los 76ers clavaron la puntilla a unos Celtics agonizantes, batiéndoles 140-116. Chamberlain, que había ganado la batalla personal ante Russell, frenó las celebraciones con champán en el vestuario diciendo a sus compañeros que la victoria sobre Boston solo importaría si ganaban el campeonato.
Los Celtics no podían hacer otra cosa si no felicitar a su verdugo, entrando Russell en el vestuario para felicitar a Chamberlain. “Ellos juegan de la misma manera que lo hemos hecho nosotros en los últimos nueve años. En otras palabras, juego en equipo”, dijo K.C. Jones.
Dos semanas más tarde, los 76ers conseguirían el anillo de campeón tras ganar en seis partidos las Finales a San Francisco Warriors, que habían sustituido a Alex Hannum por Bill Sharman en el puesto de entrenador. Los Warriors poseían el mejor balance del Oeste, 44-37, además de contar con el mejor anotador de la liga, Rick Barry.
“Fue una temporada preciosa, preciosa”, exclamó Greer. “Sabíamos que lo teníamos todo, que íbamos a ganar la mayor parte de nuestros partidos, el asunto era por cuanta diferencia”.
“La temporada entera fue mágica”, comentaba el base Jones. “Jugamos casi de manera perfecta al baloncesto, como un concepto de equipo/familia”.

Los años 60 (Jerry West y sus 46.3 pts/pp)

LOS INCREÍBLES PROMEDIOS DE JERRY WEST
Durante años, Jerry West había formado con Baylor una de las mejores parejas ofensivas de la liga, ya que cuando West llegó al equipo en 1960, Baylor ya era toda una estrella de la NBA. Éste dominaba el juego tanto ofensiva como defensivamente, obligando a los rivales a centrarse en su defensa y permitiendo a West anotar más fácilmente.
Cuando Baylor se lesionó la rodilla en el primer partido de las Semifinales de Conferencia Oeste de 1965 entre Lakers y Baltimore Bullets, West se quedaba cuanto menos solo en el equipo. Respondiendo con creces al desafío, West anotó 49 puntos en la victoria angelina por 121-115.
En el segundo encuentro, llegó hasta los 52 puntos con lo que los Lakers se apuntaban la segunda victoria en la serie (118-115). Aunque los Bullets ganaron los dos partidos en su casa, West no bajó el nivel en ningún momento, anotando 44 y 48 puntos en sus esfuerzos en vano.
De vuelta a casa en el quinto partido, continuó con su monstruoso juego, liderando a los Lakers a la victoria por 120-112, consiguiendo esta vez 43 tantos. En el sexto y a la postre último encuentro, la estrella de los Lakers completó la hazaña anotando 42 puntos y batiendo a los Bullets (117-115) para avanzar a las Finales de la NBA, que perderían contra los Celtics.

La serie de seis partidos ante los Bullets quedó para la historia. West anotó más de 40 puntos en todos los encuentros, récord ya que ningún otro jugador de la NBA había conseguido nunca 40 o más puntos en más de cuatro partidos de playoffs. Los 46.3 puntos por noche se convirtieron en el promedio anotador más alto en una serie de playoffs en la historia de la NBA. Michael Jordan sería el que más se le acercaría, con 45.2 en cinco encuentros ante Cleveland Cavaliers en 1988.

Los años 60 (Record de Chamberlain)

LOS 100 PUNTOS DE CHAMBERLAIN
Antes de la temporada 1961-62, el récord de más puntos en un partido lo poseía Elgin Baylor de los Lakers con 71. El 8 de diciembre de 1961, los Warriors jugaron ante los Lakers y Wilt Chamberlain anotó 78 puntos, superando el récord de Baylor, en un partido de tres prórrogas. El legendario comentarista de los Lakers "Chick" Hearn a menudo ha contado la historia de que preguntó a Baylor al finalizar el partido si estaba molesto por haber perdido el récord de aquella manera, con Wilt teniendo 15 minutos suplementarios en el partido para sobrepasar su registro. Según Hearn, Baylor no estaba preocupado porque "un día, el tipo anotará 100 puntos".
Chamberlain era un jugador dominante, con una descomunal fuerza. Ofensivamente era imparable, todo obstáculo que se impusiera en su camino hacia la canasta resultaba inútil, hasta tal punto que la liga tuvo que modificar varias reglas con el fin de disminuir la cruel dictadura baloncestística a la que sometía a sus rivales en cancha.
El 2 de marzo de 1962, en una victoria sobre los Knicks por 169-147 en el Hersheypark Arena en Hershey, Pennsylvania, Wilt Chamberlain anotó 100 puntos (59 en la segunda mitad).10 Se dice que Chamberlain anotó la última canasta a falta de 46 segundos para el final, pero ya no había nada que pudiera hacer parar a la muchedumbre sobre la cancha de juego. Debido a que el partido no fue televisado, no existen imágenes ni videos, aunque sí una grabación de audio de la emisión de radio del partido.
En el primer cuarto anotó 23 puntos para marcharse al descanso con 41 puntos. Tras la reanudación, continuó con su recital anotando 28 puntos en el tercer cuarto, finalizando el último con 31 tantos. Chamberlain firmó un 36/63 en tiros de campo y un 28/32 en la línea de tiros libres; algo notable dado que Wilt apenas anotó la mitad de tiros libres que lanzó en toda su carrera. Hay que recordar que por entonces no existía la línea de tres puntos. Chamberlain inicialmente dijo que se sentía "avergonzado" de esas estadísticas, por haber lanzado 63 veces a canasta y conseguir anotar "solo" 36 tiros.
Tres jugadores de los Knicks sobrepasaron la treintena de puntos en ese encuentro, pero de todas maneras, ni juntando todos esos puntos superaban la hazaña individual de Chamberlain.
El partido de los 78 puntos anotados ante los Lakers en tres prórrogas permaneció como el segundo récord de más puntos anotados en un solo encuentro durante más de 40 años, hasta el 22 de enero de 2006, cuando Kobe Bryant,escolta de los Lakers, endosó 81 puntos a Toronto Raptors.

Década de los 50 (Los Celtics de Cousy)

Cousy y los Celtics acaban con los Nationals en 4 prórrogas
En los playoffs de 1953, Boston Celtics y Syracuse Nationals se enfrentaban en semifinales de conferencia. Los Celtics marchaban 1-0 en la serie, y el 2º partido se convirtió en uno de los más recordados de la historia. Boston venció 111-105 tras 4 prórrogas para meterse en la final de la NBA.

El reloj de posesión aún no estaba instaurado, y teniendo a Bob Cousy en el equipo, Boston tenía mucho ganado. Cousy, apodado el ‘Houdini of the Hardwood’ por su manejo de balón, emergió como factor dominante en aquel encuentro. Su técnico, Red Auerbach ordenó guardar la pelota en sus manos, a lo que Syracuse sólo podía frenar por medio de faltas. Acabó yendo 32 veces a la línea de tiros libres (récord en playoffs, la siguiente mejor marca está en poder de Michael Jordan, con 23-28 ante los Knicks en los playoffs de 1989), anotando 30, para acabar con 50 puntos en un partido que se convirtió en un concurso de tiros libres, como muchos de la época, para aburrimiento de los aficionados. Para la historia quedarían esos videos de Cousy en los que aparece driblando a todo aquel que le saliera al paso. El juego se estaba estancando como afirmara el propio Cousy, y una de las medidas para evitar esto era evidente, implantar el reloj de posesión